Una de las afirmaciones que más me impactó de la exposición del profesor de la Complutense Francisco Rubia en la jornada de neuroeconomía y neuromarketing es que la consciencia humana solo puede manejar hasta 16 bits por segundo. He intentado buscar el fundamento científico de esa afirmación y, al parecer, varias fuentes la atribuyen al premio nobel Gerald Edelman, que realizó un exhaustivo estudio sobre la consciencia humana.
Francisco Rubia contraponía esos 16 bits por segundo de capacidad de la consciencia con la cantidad de información que recibimos de nuestros sentidos:
- Ojos – 10.000.000 bits/segundo
- Oídos – 100.000 bits/segundo
- Olfato – 100.000 bits/segundo
- Gusto – 1.000 bits/segundo
- Tacto – 1.000.000 bits/segundo
¿Quién maneja toda esa información? No es nuestra consciencia, si atendemos a Edelman. El peso de nuestro inconsciente en nuestros procesos mentales es impresionante. El inconsciente maneja gran cantidad de información que nuestra consciencia apenas es capaz de utilizar y dispone de automatismos que que nos permiten tomar las decisiones. Como ya hemos comentado en otro artículo, está demostrado que nuestro cerebro decide nuestro curso de acción varios segundos antes de que seamos conscientes de él.
En este contexto, la función del neuromarketing es ayudarnos comprender todos esos mecanismos inconscientes que operan en la mente del consumidor y que tienen un tremendo peso sobre sus decisiones. Esa comprensión nos debe permitir crear mejores productos, diseñar mejores experiencias para nuestros clientes y crear mejores anuncios.